Cazadores
El camarógrafo se acerca al león
es encantador ver el entusiasmo por su toma
cada vez más cerca de su presa.
El poeta se acerca al poema
es encantador ver el entusiasmo por sus palabras
cada vez más cerca de su presa.
El camarógrafo sigue al león.
El poeta sigue al poema.
El león merodea y de reojo mira
a su presa.
El poema merodea y de reojo siente
el calor de su presa.
El camarógrafo se queda sin aliento
cuando el león avanza sobre él.
El poeta se queda sin aliento
cuando el poema entra en él.
El león salta sobre el camarógrafo.
El poema salta sobre el poeta.
El camarógrafo huye.
El poeta no.
Carlos Carbone (inédito)
martes, 17 de agosto de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Gracias Alberto por la invitación al rancho, abrazo grande. Carlos
ResponderEliminarY sí... detrás del langa, agazapado, subyace un buen poeta. Muy bueno!
ResponderEliminarMe ha encantado. El poeta no escapa, porque la poesía vive en él.
ResponderEliminarUn saludo
La cámara es un arma
ResponderEliminarque el león desconoce
El poeta, en cambio, es un cazador furtivo
de inspiraciones
Si el poema cae en la trampa,
mata y muere.
Pobre el camarógrafo
que no puede interpretar
el hambre poético que lo consume
Omar Tojo, poeta de cámara